Desgarros en la piel

Los desgarros son heridas traumáticas agudas producidas por factores mecánicos (cizallamiento, fricción), incluyendo la retirada de apósitos, caídas, lesiones por dispositivos o manipulaciones inadecuadas, la cuales separan las capas de la piel.

Clasificación de los desgarros según el sistema ISTAP:

  • Desgarro de piel tipo 1 (Sin pérdida de piel): Desgarro lineal o en colgajo; se puede reposicionar para cubrir el lecho de la herida.
  • Desgarro de piel tipo 2 (Pérdida parcial del colgajo de piel): El colgajo no se puede reposicionar para cubrir el lecho de la herida.
  • Desgarro de piel tipo 3 (Pérdida total del colgajo de piel): Pérdida total del colgajo exponiendo completamente el lecho de la herida.

Según su grado de complicación se clasifican en:

  • No complicado: Herida aguda que se cura en 4 semanas.
  • Complicado (crónica): No cicatriza en 4 semanas, típico en extremidades inferiores y pacientes con múltiples comorbilidades.

1. Factores de riesgo de desgarro

1.1 Factor de riesgo intrínseco

El factor de riesgo intrínseco más importante es el envejecimiento, siendo debido por:

■ Adelgazamiento de la epidermis y aplanamiento de la unión epidérmica.
■ Pérdida de colágeno, elastina y glucosaminoglicanos.
■ Atrofia y contracción de la dermis (arrugas y pliegues).
■ Disminución de la actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas (sequedad).
■Adelgazamiento de las paredes de los vasos sanguíneos y descenso de sangre a las extremidades.
■ Aumento de los LEP (low-echogenic pixels o píxeles con baja ecogenicidad) dérmicos.

1.2 Factor de riesgo extrínseco

Hay factores extrínsecos relacionados con las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD).

Se puede reducir el riesgo extrínseco a través de distintas recomendaciones como:
■ Mantener uñas recortadas y no usar joyas.
■ Acolchado y/o eliminación de muebles o dispositivos potencialmente peligrosos.
■ Cubrir la piel con ropa adecuada, vendas de retención o tubulares en pacientes vulnerables.
■ Proteger la integridad general de la piel mediante el uso de productos para la piel y emolientes.

1.3 Evaluación del riesgo

Se debe realizar una evaluación holística completa de la piel, teniendo en cuenta una serie de consideraciones:

Salud general

  • Comportamiento agresivo.
  • Comorbilidad.
  • Polifarmacia.
  • Malnutrición.
  • Deterioro cognitivo.

Movilidad

  • Dependencia para las ABVD.
  • Antecedentes de caídas.
  • Trauma mecánico (Cizallamiento, fricción y/o trauma contundente)
  • Movilidad deteriorada.

Piel

  • Edades extremas.
  • Antecedentes de desgarros de piel.
  • Cambios de la piel asociados con el envejecimiento (atrofia, equimosis, púrpura, hematomas, manchas).
  • Daño solar.

También es importante tener en cuenta en el desarrollo de desgarro cutáneo:

  • Individuo/cuidador/profesional de la salud: Conocimientos, actitudes y práctica.
  • Entorno físico.
  • Entorno sanitario: Programas, soporte y abordaje asistencial interprofesional.

Si el paciente presenta alguno de estos factores, será considerado de riesgo, y se implementará la lista de verificación del programa de reducción de riesgo.

2. Programa de reducción de riesgo

Salud general

  • Educar al paciente y cuidadores sobre riesgo y prevención de desgarros, e involucrarlos activamente.
  • Optimizar la nutrición e hidratación del paciente.
  • Considerar efectos polifarmacia y comorbilidades.

Movilidad

  • Fomentar el movimiento activo, y plantear el uso de dispositivos de asistencia.
  • Prohibir contenciones, y evitar la fricción y cizallamiento ante manipulaciones o dispositivos, usando acolchado.
  • Aplicar evaluación de riesgo de caídas.
  • Asegurar que use zapatos cómodos/suaves.
  • Garantizar un entorno seguro (adecuada iluminación, retirada de obstáculos).

Piel

  • Usar emolientes al menos 2 veces/dia.
  • Minimizar la frecuencia de baño siempre que sea posible, usando un limpiador suave (no jabón tradicional) y agua tibia (no caliente). Secar a toques, sin frotar, con toallas suaves.
  • Fomentar el uso de ropa/dispositivos de protección, cuando sea necesario (canilleras, manga larga, vendajes tubulares/medias)
  • Evitar uñas afiladas o joyas en el cuidador/profesional que atiende al paciente.

Siempre que sea posible, se estimulará al paciente a realizar estas recomendaciones, favoreciendo su autocuidado.

3. Valoración integral del paciente/herida

3.1 Valoración de la herida

Deben examinarse y documentarse los siguientes factores:
■ Causa de la herida.
■ Ubicación anatómica y duración de la lesión.
■ Dimensiones (longitud, ancho, profundidad).
■ Características del lecho de la herida y porcentaje de tejido viable/no viable.
■ Tipo y cantidad de exudado.
■ Presencia de sangrado o hematoma.
■ Integridad de la piel circundante.
■ Signos y sintomas de infección.
■ Dolor asociado.

3.2 Valoración del paciente

Se incluirán factores como:
■ Historia clínica del paciente.
■ Antecedentes de desgarros de piel.
■ Estado general de salud y comorbilidades.
■ Medicamentos y problemas de polifarmacia.
■ Problemas de salud mental.
■ Factores psicosociales y de calidad de vida.
■ Movilidad/dependencia para actividades de la vida diaria.
■ Nutrición e hidratación.

4. Tratamiento del desgarro

– Controlar la hemorragia

■ Aplicar presión y elevar la extremidad, si es apropiado.

■ Se pueden usar apósitos para facilitar la hemostasia (Alginato cálcico).

– Limpiar y desbridar

■ Limpiar/irrigar la herida eliminando cualquier detrito, y secar a toques la piel circundante.

  • Colgajo necrótico: Desbridar.
  • Colgajo viable: Aproximar el colgajo en su lugar con un dedo enguantado, una punta de algodón humedecida, pinzas o una tira de silicona.

Tratamiento de la infección/inflamación

■ Diferenciar inflamación por trauma de infección.

■ Realizar medidas de control de infección apropiadas (Apósitos con azul de metileno y violeta de genciana, o apósitos de plata iónica).

■ Verificar el estado de vacunación contra el tétanos, si es preciso.

Considere el equilibrio de la humedad/control del exudado

■ Es esencial para promover la cicatrización y proteger la piel perilesional de la maceración.

■ Observar el volumen y la viscosidad del exudado para seleccionar un apósito para heridas:

  • Herida seca: Hidrogel.
  • Exudado leve-moderado: Apósito de malla no adherente (lipidocoloide, silicona, vaselina) o de acrilato.
  • Exudado moderado-abundante: Apósitos de espuma, alginato cálcico, fibras gelificantes.

Se pueden emplear apósitos impregnados en miel de Leptospermum, o en polihexametileno biguanida.

Para la retirada de apósitos, es importante hacerlo lentamente. Se puede marcar una flecha en él para indicar la dirección de retirada, y usar productos para facilitar su retirada.

Vigilancia de los bordes de la herida/cierre

■ Generalmente cicatrizan sin incidencias a los 14 – 21 días.

■ Asegúrese de que se hayan abordado todos los factores que podrían retrasar la cicatrización (diabetes, edema, problemas nutricionales).

■ Evaluación continua de la lesión, en busca de cambios o signos de infección.

■ Considerar la terapia de compresión si la herida está en la parte inferior de la pierna.

3.1 Productos no recomendados

  • Apósitos a base de yodo por sequedad cutánea.
  • Apósitos de hidrocoloide por su fuerte adhesión.
  • Tiras adhesivas para el cierre de la piel.
  • Gasas, pues no aseguran el colgajo.

5. Referencias bibliográficas

– LeBlanc K et al. Recomendaciones de mejores prácticas para prevención y tratamiento de los desgarros de piel en la piel del adulto mayor. Wounds Internacional. 2018. Disponible en: https://gneaupp.info/wp-content/uploads/2021/03/istap-best-practice-recommendations-prevention-and-management-skin-tears-aged-skin-es.pdf

Esperamos que os haya servido de ayuda. Os dejamos el documento completo aquí:

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